Tokio Hotel: nada detiene a las verdaderas fans...
El concierto de Tokio Hotel se efectuará el miércoles por la noche, pero desde hace algunos días ya, tiendas de campaña florecen delante del Zenit.
La comunidad de los fans se instala
Les hacemos ver que el mercurio está bajo cero. " Estamos equipadas, tenemos cinco colchones de plumas para tres!" Les mostramos las vías de ferrocarril y los bulevares. "Para el ruido, tenemos tapones para los oídos, que fueron recuperados durante un concierto en el Zenith." Les pedimos si no encuentran que es mucho tiempo. "Al contrario, esto pasa demasiado rápido. Nos despertamos a las 11 y allí, es casi mediodía." Breve, inútil insistir, no encontraremos nada para disuadirlas de estar allí. Por Tokio Hotel, no retrocederán delante de ningún sacrificio. Un sitio en primera fila, no tiene precio.
Reglas que hay que respetar
Marie, de Arles, con 17 años, su amiga de instituto Mélanie, de la misma edad, de Aubagne y Melma, de Montpelliér quienes simpatizaron en un concierto de Fall Out Boy, "plantaron" su tienda el último miércoles en la plaza del Zenit de Lille. Siete días por anticipado, es casi el mínimo," visto que todos los demás fans hacen igual". Para el concierto en Luxemburgo, pasaron cinco noches así, para Bruselas, dos noches solamente. ¿ Y la escuela con todo esto? Una toma el parendizaje por correspondencia, la otra lo dejó y la tercera demanda: "Euh, vuestro periódico, aparece sólo en el norte? Porque mis profes no están al corriente..." En cuanto a los padres, lo garantizan más o menos.Hay que comprenderlas. Les gusta todo de Tokio Hotel," su música, sus letras, su manera de ser". Son fans y para las verdaderas fans, puras y duras, estos días y estas noches de espera forman parte de ritos de lo que es una verdadera comunidad.
Una comunidad que tiene sus reglas y sus códigos. Al Zenit de Lille, todo está muy organizado por otra parte: cuando un fan llega, se le otorga un número, inscrito y marcado en el antebrazo. El día del concierto, cada uno será llamado por orden de llegada. Pero atención, ni hablar de hacer trampas. Este número lo merece. Sarah, Tourquennoise, y Cindy, Wattignisienne, duermen por ejemplo al calor en su cama. Pero pasan el día en el mismo lugar, en un coche. Y a partir de la tarde del domingo, pasarán también las noches. "Para lavarse, vamos a la piscina, precisa Sara. Nos duchamos, nos maquillamos, nos preparamos." Por supuesto, nos preguntamos: ¿para qué ver tantas veces el mismo concierto?" Siempre es diferente, asegura Melma.
Marie, de Arles, con 17 años, su amiga de instituto Mélanie, de la misma edad, de Aubagne y Melma, de Montpelliér quienes simpatizaron en un concierto de Fall Out Boy, "plantaron" su tienda el último miércoles en la plaza del Zenit de Lille. Siete días por anticipado, es casi el mínimo," visto que todos los demás fans hacen igual". Para el concierto en Luxemburgo, pasaron cinco noches así, para Bruselas, dos noches solamente. ¿ Y la escuela con todo esto? Una toma el parendizaje por correspondencia, la otra lo dejó y la tercera demanda: "Euh, vuestro periódico, aparece sólo en el norte? Porque mis profes no están al corriente..." En cuanto a los padres, lo garantizan más o menos.Hay que comprenderlas. Les gusta todo de Tokio Hotel," su música, sus letras, su manera de ser". Son fans y para las verdaderas fans, puras y duras, estos días y estas noches de espera forman parte de ritos de lo que es una verdadera comunidad.
Una comunidad que tiene sus reglas y sus códigos. Al Zenit de Lille, todo está muy organizado por otra parte: cuando un fan llega, se le otorga un número, inscrito y marcado en el antebrazo. El día del concierto, cada uno será llamado por orden de llegada. Pero atención, ni hablar de hacer trampas. Este número lo merece. Sarah, Tourquennoise, y Cindy, Wattignisienne, duermen por ejemplo al calor en su cama. Pero pasan el día en el mismo lugar, en un coche. Y a partir de la tarde del domingo, pasarán también las noches. "Para lavarse, vamos a la piscina, precisa Sara. Nos duchamos, nos maquillamos, nos preparamos." Por supuesto, nos preguntamos: ¿para qué ver tantas veces el mismo concierto?" Siempre es diferente, asegura Melma.
Un día, el cantante se rompe las narices. La otra, el bajista se hace un esguince. ¡Una gira está llena de rebotes!" La de Tokio Hotel se acaba el 14 de abril. Y después, ¿para los fans?" Después, esperamos la próxima gira, trabajamos para ganar dinero y pagarnos los billetes."
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